Xavier Sardá: Yo no he vivido un solo día de mi vida sin pensar o sentir la muerte. Junio 28, 2008
(En un reciente libro que ha publicado dice que su madre murió cuando él tenía seis años, después murió su padre cuando tenía 19… Siguiendo la dinámica a los 29 murió su hermano)
No parece divertido.
Mi madre murió a mis nueve años y… Me asombró descubrir que la gente hacía cosas sabiendo que moriríamos. Estupefacto, decidí que yo iría haciendo como los demás, a ver si algún día me llegaba la vida…
¿Qué rasgo de su carácter se forjó ahí?
La pasión! Saber vivir momentos de presente: de todas las desgracias posibles (atropellado por un camión, entubado en un hospital…), estar aquí hablando con usted es una desgracia menor.
¿Adónde le conduce esa pasión suya?
A hacer todo lo que quiero. Queremos pilotar avionetas, tocar el saxofón, aprender inglés… ¡y todo lo posponemos! ¿Por qué? Ah, porque tememos la felicidad inmediata. Pues yo no. ¡Yo no pospongo! Todos podemos llegar a más de lo que creemos.
Y, de niño, ¿adónde soñaba llegar?
A escribir en los periódicos. En la mili escribí un relato por el que me premiaron ¡con un mes de permiso! ¡Un éxito! Estando allí, en la mili, murió mi padre… Ya ve, somos muertos de permiso.
¡Pero nace más gente de la que muere!
Todos morirán. La muerte no tiene prisa: la muerte nos da una vida de ventaja.
¿No ha temido alguna vez enloquecer?
He temido perderme en una depresión, he tenido miedo a no encontrar nunca la calma. Pero he sabido adaptarme…
¿Cuál es ahora su régimen de vida?
Me levanto antes de las siete de la mañana y me acuesto a las once de la noche. Mi mejor momento es el despertar, y pasearme por casa, con mis ordenadores, mis libros, mi tren eléctrico, el paisaje… Veo el mar.
¿Qué echa en falta?
¡Nada! Sólo aspiro a que nada malo suceda a los míos. Soy conservador del buen rollo.
¿Qué mira usted en la tele?
Películas en inglés. Y Documanía: mi reality show son los documentales sobre la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil. Por eso sé que despertar cada mañana en un país en paz ¡es milagroso!, y por eso me asustan los políticos abriendo tarros de esencias. Que nos den dispensarios, escuelas, carreteras, trabajo… ¡y que callen!
Con tanto tiempo para pensar, ¿ha descubierto ya el sentido de la vida?
Amar y ser amado. No olvide que, para todo lo que hace en su vida, habrá una última vez que lo haga (incluido un último polvo).
Aspira usted a llegar a ser como su señor Casamajor, claro…
Ya lo soy, desde niño. Yo he sido un niño viejo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario